23 octubre, 2007

Poder chilango, güey

Mezcla de hombre y dibujo animado. El hombre que está en el centro del escenario tiene bigotes finitos, un par de trenzas que en minutos estarán deshechas y un traje blanco ajustado que encandila en la oscuridad.
Este es el Café Tacuba, muchachos dice y sonríe confiado, seguro, como sólo hacen los que saben lo que está por venir.
Le falta altura pero le sobra actitud. Movedizo, camaleónico, contagia energía y sólo pasaron 10 minutos.
Lo veo cerca, muy cerca. Leo sus labios y cantamos juntos Ingrataaaa! No me digas que me quiereeees…
Pegados al escenario transpiramos la camiseta. Nos volvemos cuates. No hay tequila, pero bailamos como si lo hubiera.
El cantante de Café Tacuba es un hombre de muchos nombres. No es capricho, es impermanencia. La misma que define a la banda de Ciudad Satélite.
Rubén Albarrán renace convertido en Elfego Buen Día, Cosme, Gallo Gass, Pinche Juan, Sizu Yantra. En estos días se lo conoce con el nombre de una de las representaciones del dios azteca Tezcatlipoca: Ixxi Xoo.
Cada personaje es un concepto y cada concepto un cambio estético.
Juega permanentemente, eso es lo que hacen los dibujitos animados. Puede posar con dolor como Frida y reencarnar en duende salido de un cuento de hadas y dragones, como en el disco inspirado en su paternidad.
Es pregunta, nunca respuesta. Y ya sabemos, cuando los dioses se materializan es difícil y hasta desubicado permanecer indiferentes.

1 comentario:

  1. Al fin abriste el foro a debate!!!
    Poderoso el chiquitín, no? Una especie de hormiga atómica vestida de enfermero o heladero... muy fuerte el cuate!
    Feliz comienzo, anotame en tu lista de lectoras diarias!!!
    Besos y Abrazos!!

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