El otro lado de la cama

Anoche contemplé el otro lado de la cama, donde las dos almohadas de Joanie estaban una encima de la otra, como a ella le gusta. No estoy acostumbrado a vivir solo, y aunque ahora dispongo de mucho más espacio me quedo en mi lado del colchón, sin pasarme nunca al otro. Era allí donde veíamos la tele y charlábamos sobre nuestro día, y era a esa hora cuando nos dábamos cuenta de lo bien que nos conocíamos, cuando nos parecía que nadie más nos entendería ni podría participar en nuestros diálogos. "¿Te imaginas que alguien estuviera grabando nuestra conversación? -decía ella entre risas-. Creería que estamos chiflados"

(Los descendientes, Kaui Hart Hemmings)