26 mayo, 2016

10 buenas razones para ver: La terminal


Dedicado a la más fan entre las fans de Tom Hanks: mi mamá.


En la sección 10 buenas razones para ver nos inspiran las historias de amor. Las de chico-conoce-chica son un clásico de este blog. Sin embargo, esta vez la vecinita deja de lado a la chica y pone el foco en la historia de amor de un hijo a su padre, la historia de una promesa, el deseo de cumplir una última voluntad, la historia de no perder nunca las esperanzas y atravesar cualquier muro que quieran poner ante nuestras narices.

La terminal cuenta la historia de Víctor Navorski, un ciudadano de un país europeo ficticio, Krakozia, que involuntariamente a causa de un golpe militar en su país de origen queda retenido en el aeropuerto de NY. A raíz del conflicto, el pasaporte de Víctor es "inaceptable". Por ello, no puede ingresar a Estados Unidos ni tampoco volver a su país hasta que la guerra acabe. Deberá permanecer, improvisar, sobrevivir sus días en la terminal y volver habitable un lugar tan impersonal como un aeropuerto.
La película está inspirada en un caso real de un exiliado iraní que vivió aproximadamente 20 años en la terminal Charles De Gaulle de París.

Si están por viajar, este es un buen post para leer antes de subir al avión. Ajusten sus cinturones y disfruten el vuelo de la vecinita:

10 buenas razones para ver
La terminal
  1. Tom Hanks: Tom siempre será nuestro amigo fiel. En La Terminal, su personaje Víctor Navorski es casi un niño atrapado en el cuerpo de un adulto que sabe lo que quiere y no va a parar hasta conseguirlo. Se enamora, se hace de amigos y también de enemigos. Víctor sobrevive, en medio de la dificultad cultural y social, a fuerza de su trabajo y un gran corazón. Cuando la vecinita escribe sobre una película que tiene a Hanks por protagonista, tiene la firme convicción que nadie más podría haberlo hecho mejor. Eso pasa cuando se trata de un gran actor y Tom hace los honores. Además, si tiene a su amigo Spielberg detrás de la cámara, es casi imposible que algo salga mal.
  2. Catherine Zeta Jones: Es elegante, fina y muy hermosa. Víctor tenía que enamorarse de ella. Su personaje, Amelia, vive en tránsito. Es azafata. Justifica su compra compulsiva de biografías porque dice que son largas, ideales para tantas horas de vuelo, le encanta la historia y son más económicas que los libros de la mesa de novedades. Está enamorada de un hombre casado y como Víctor, vive en modo espera que suene su celular para salir corriendo a sus brazos. Como buena romántica, la vecinita quiere que Víctor y Amelia terminen juntos pero no perdemos de vista el foco de nuestro amigo Spielberg. Acá, la más grande historia de amor es la de Víctor y su promesa oculta en una lata de maní.
  3. Stanley Tucci: Amamos a Tucci! La vecinita le debe un post de Todas aman a tremendo actor. En La Terminal Tucci es Frank Dixon , el contrapunto de Víctor, el burócrata cuyo propósito es ascender y Víctor le complica la cancha. Es una lástima que Tucci siga participando en películas como un secundario de lujo. No sólo es talentoso sino que también tiene la onda suficiente para bancar en sus espaldas un protagónico a su altura.
  4. Actores secundarios: Es cierto que Gupta, el empleado de limpieza hindú, Diego Luna (el mexicano más lindo) como empleado de alimentación y el transportista afro parecen puestos en la historia por corrección política pero no dejan de ser, cada uno y a su modo, simpáticos. De hecho, la cena que improvisan para que Víctor impresione a Amelia es una declaración de amistad, ridículo incluido. ¿Acaso no es lo que hacen los amigos?
  5. Los viajes: Dejando de lado la dificultad de Víctor por llegar a su destino, La terminal es una película que incita e invita a viajar. Más aún, si detrás de las puertas de vidrio Nueva York espera.
  6. La música: Spielberg es un maestro para generar climas, y su amigo el compositor Thomas Newman supo interpretarlo. Durante la película, se imponen dos composiciones según la ocasión. Una de ellas, digna de dibujitos animados. Aparece cada vez que persiguen a Víctor, en cada aventura más o menos graciosa dentro de la terminal. La otra es emotiva. Spielberg tiene el timing necesario y sabe cuándo usarla y cómo causar efecto. 
  7. El jazz: Porque no olvidemos que además de Víctor, sus amigos, Amelia, el director de Aduana, y su pasaporte "inaceptable", La terminal esconde una historia de jazz de fondo. Y el jazz...siempre es una buena razón.
  8. La espera: Víctor espera en la terminal. Amelia espera a su amante. Frank Dixon espera su ascenso. Diego Luna espera que la Oficial Torres lo acepte como esposo. La terminal es una película sobre personas que esperan y no se dan por vencidos. No pierden las esperanzas. La espera es resistente y activa. Saben por qué luchar. Moraleja: nunca te des por vencido, ni aún vencido.
  9. La escena de las 1000 fuentes: La gran historia de amor de Napoleón Bonaparte y Josefina es uno de los temas de conversación entre Víctor y Amelia. Inspirado por la historia y derrochando talento para las tareas manuales, Víctor decide construir para Amelia una réplica de las mil fuentes que Napoleón le regala a Josefina cuando conquista Baviera. Resulta que algo tan irreal como una fuente escondida en una terminal, la luz que irradian los cristalitos cuando se reflejan en el agua y Víctor ahí, frente a Amelia, confesando el motivo de su espera, con su lata de maní llena de jazz y el recuerdo y la promesa a su padre es una de las mejores escenas de la película. Es cien por ciento Spielbergiana. Y entonces nos volvemos a enamorar de su cine.
  10. Spielberg: Después de lo ya dicho, ¿hace falta justificar que el Sr. Spielberg esté presente en este decálogo? El director de ET está en su derecho de hacer la película que tenga ganas. Es cine en estado puro. Y por eso, nada más y nada menos, bien merecido tiene su lugar.

La Terminal es una película del año 2004 y su director fue Steven Spielberg.

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