18 abril, 2017

Cosas que te pasan en una librería

Nos vemos a las siete, en la librería de Avenida Santa Fe casi Callao, me dijo. Y yo sufrí porque supe que no podría salir fácilmente de mi parque de diversiones personal.
Porque no hay ojos que alcancen cuando se trata de libros ni bolsillo que resista. 
Elegir uno entre miles es como elegir sólo tres gustos en un kilo de helado. Es saber de antemano que quedarán fuera varias delicias y habrá que volver por más. O en el peor de los casos, y ya en cuanto a libros se refiere, si no encontramos el ejemplar buscado, habrá que esperar que vuelva a editarse o remover cuanta feria de usados y mercados virtuales hasta dar con nuestro objeto de deseo.

A continuación, una pequeña muestra de por qué no debo hacer tiempo en una librería.
Como dice una vecinita amiga del barrio: alguno siempre se nos quedará pegado. 


Aunque suelen ser un poco ásperas, el barrio tiene cierta debilidad por las historias de supervivencia. Mis años grizzly cuenta la historia de Doug Peacock, un veterano de Vietnam que a su regreso de la guerra le fue psicológicamente imposible reinsertarse en la sociedad. Después de tanta muerte decidió aislarse de los hombres y acercarse a la naturaleza salvaje a través de la observación de los osos grizzlies. Pasó muchos años conviviendo con la especie. Hoy, es uno de los hombres que más sabe de osos y se volvió un reconocido activista ecologista.
No resultaría extraño que en unos años alguien compre los derechos y la historia llegue a la gran pantalla.
Mientras tanto, tenemos el libro.


Un genio, un loco lindo o las dos cosas. Un estudioso argentino que cuenta vida y obra del Rey. En el mes que me atreví a leer una de las obras maestras del gran King, este libro sería un gran complemento. 


¿No es hermosa esta edición limitada? Si no fuera porque desde hace varios años tengo mi ejemplar de Lolita en la biblioteca, compraría esta edición llena de frutillas. Tan tentadoras como la mismísima protagonista de la novela.


Porque toda chica en este barrio necesita una dosis de chik-lit. 


O dos.
Nunca es demasiado chik-lit para una vecinita.
El brócoli de la tapa me llama.  El contenido ni. Pero no puedo obviar al brócoli. Me pasaría mirando la portada. Siempre tan lindo, tan ricoooo y tan fotografiable. 
Lo se, soy rara. Amo el brócoli. 
Sépanlo.


Cuando este año se estrenó la película hubo polémica por maltrato animal documentado en un video bastante alusivo y cruel que circuló por las redes. Por supuesto, este barrio repudia cualquier acto de violencia animal y no bancó la entrada al cine. Tan fuerte fue la protesta de proteccionistas a nivel mundial que la película, por suerte, fue un fracaso.
El libro parece ser una manera más amable y sensata de acercarnos a la historia de un perro que encuentra el significado de su propia existencia a través de la vida de los humanos, reencarnando una y otra vez, enseñándonos la importancia del verdadero amor. 
Los libros de cocina siempre son lindos y tentadores. Generalmente son caros porque son ediciones hermosas, con buena fotografía. Siempre dan ganas de cocinar. Ni hablar, de comer. Son inspiradores. Están allí para guiarnos, para aportarnos ideas. En la práctica, es bastante improbable que uno siga cronológicamente un libro de recetas. Están allí a modo de consulta, para recordarnos que está bueno variar, probar cosas nuevas, ensayar y quedarnos con algún plato. 
Ximena Sáenz es un buen ejemplo. Es una copada. Nos encanta su estilo, su frescura. su simpatía, su onda y ¡su corte de pelo! Además, hay algo que la distingue: ama la literatura. En su espacio instagramero y/o bloguístico las recetas de cocina no ocupan el primer lugar sino que se dedica más bien a fotografiar frutas o verduras de estación, mesas bien puestas, momentos felices y cita a autores interesantes como Clarice Lispector, Julian Barnes, Virginia Woolf o Günter Grass. 
En Apuntes de cocina no deja de lado las citas literarias. Y nos encanta. 
Alguien que cocina rico y ama a Barnes tanto como este barrio no puede estar tan equivocada.


McEwan, uno de los favoritos del barrio.
Finalmente, el elegido que se nos quedó pegado en las manos y en la retina.
Y colorín colorado, el recorrido se ha terminado.

Continuará en la próxima edición de la Feria del Libro 2017!

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