01 agosto, 2017

Mujeres seriales


Porque sí.
Porque son genias.
Porque son fuertes y hermosas.
Porque me hicieron llorar de emoción. 
Porque podrán pasar muchas mujeres seriales, pero ellas siempre serán mis elegidas.
Agosto arranca con las mujeres seriales favoritas de este barrio, las que llegaron hace unos años para quedarse y no irse nunca de mi memoria serial. 
Por eso este post y unas pocas palabras dedicadas a cada una de ellas. 
Los invito a que conozcan a mis seis amigas seriales.
Sin ellas, nunca hubiera sido lo mismo.


Alicia Florrick
The good wife

Tenés que ver The good wife me dijeron y al principio desatendí la recomendación. En ese momento pensé que no era una buena opción ver otra serie de abogados. Una más. Es cierto, hay muchas series de abogados pero ninguna como La buena esposa, una serie que mantiene la idea de su nombre hasta el final, aún cuando su protagonista trate de salirse de ese lugar del deber ser. No voy a spoilear porque hay gente del barrio que supo atender la recomendación y en este momento está fascinada con la historia de Alicia Florrick, esa mujer que cuando su esposo se ve envuelto en un escándalo público abandona su lugar de señora de la casa y sale a trabajar. Para ello, debe sacarle el polvo al título de abogada y aprender la profesión. Elige buenos maestros y mejores amantes. Alicia, o como me gusta llamarla, "Alisha" es una sobreviviente. Durante 7 temporadas es fácil darse cuenta que es una mujer muy divertida, pero se ríe poco. Es una sufrida y llora más de lo que nos gustaría. Vivió romances clandestinos. Engañó pero fue horriblemente engañada antes. Una y mil veces. Puso cara linda cuando no tuvo ganas. Se calzó los stilettos y salió a pelearla, pero cuando fue necesario también se acovachó, se tapó hasta la nariz con la sábana y lloró hasta que tuvo ganas. Acompañó el crecimiento de sus hijos, los escándalos de su madre, toleró con elegancia a su suegra y tomó vino. Mucho vino tinto, margaritas y algún shot de tequila. Alisha no es alcohólica, sólo tapa su angustia con una copa de alcohol después de un día laboral y de los disgustos que suele darle su marido. Y es un tango y nosotros bailamos con ella. Inolvidable.
Por favor, no se la pierdan.


Robin Scherbasky
How I met your mother

Claro que al principio la odiamos un poquito, porque Scherbasky es esa mujer fuerte que lleva a Ted Mosby de las narices, nuestro chico favorito en el mundo que queda deslumbrado apenas la conoce, porque Robin no sólo es muy linda sino que tiene una personalidad capaz de enamorar hasta al más escéptico del amor: Barney Stinson.
Robin es tan poderosa que hace que Barney se vuelva romántico y cursi al punto de competir con Ted Mosby. A pesar que Robin tuvo sus detractores durante las 9 temporadas por hacer sufrir de amor a Mosby, entre otras cosas, este barrio la banca fuerte. De hecho, hace muy poco Netflix estrenó una nueva serie (Friends from college) y Cobie Smulders, es decir, nuestra Robin de How I met your mother es una de las protagonistas de esta nueva serie. Y no es lo mismo. Nunca lo es ni lo será. Queremos que nos devuelvan a esa Robin que defiende sus raíces canadienses, varonera, independiente, medio malvada pero amiga incondicional. Nos encanta su desarrollo profesional como periodista en How I met your mother. De "notas de color" en un noticiero de madrugada de dudosa audiencia a convertirse en la cara de un canal de noticias que se ve hasta en los colectivos de línea de New York. 
Una luchadora que la peleó, llegó y se quedó con el mejor chico.


Carrie Bradshaw
Sex and the City

Cuando la invitan a desfilar y se cae en la pasarela, cuando sus amigas nunca llegan a su cumpleaños, cuando se va a vivir a París, cuando intenta ser amiga con derecho de Mr. Big, cuando un novio cobarde la deja con un post-it, cuando la lluvia la sorprende en la puerta del Guggenheim y se va a tomar una sopa, cuando se va al campo con Aidan...la lista podría seguir porque nos encanta Carrie Bradshaw. El año pasado la sometí a duelo ACÁ y ACÁ con una nueva amiga del barrio, Hannah Horvath de Girls y a pesar que salió perdiendo, siempre vamos a querer a Carrie Bradshaw. No sólo por sus outfits, a veces un tanto ridículos pero tan trendy a la vez, sino porque fue el timón de Sex and the City, la que tira del carro y la que nos permite ver un capítulo repetido por cable y soportarlo hasta el final. En los post del duelo del año pasado pueden leerlo y acá lo repito: las nieves del tiempo blanquearon al resto del team de Sexo en la Ciudad. Algo pasó con Miranda, Samantha y Charlotte. El paso del tiempo las volvió insoportables, previsibles, caprichosas sin sentido. No así Carrie Bradshaw. Ella es atemporal, única y fresca. Este barrio defiende su relación con Aidan pero también nos encanta cuando Big va a rescatarla a París. Si veo una repetición en el cable, sólo será por ella, Carrie Bradshaw, la columnista fashion que nos hizo preguntarnos las diferencias entre hombres y mujeres y nos enseñó sobre el amor, la amistad y los zapatos.



Piper Chapman
Orange is the new black

Piper es esa chica que pensamos que no va a sobrevivir un día en la cárcel porque fuera de ella tenía el futuro asegurado. O casi. Niña rubia, mimada, de buena familia, comprometida con su novio y con un emprendimiento naciente de belleza, la vida de "Pipes" cambia por haber estado involucrada unos años atrás y de una manera casi ingenua en el tráfico de drogas. Alex, esa chica que la deslumbra será quien la lleve al fango, a la cama y finalmente, cuando la delate será también quien la lleve tras las rejas. Alex y Piper son un sólo corazón. Novias y compañeras en el delito y en la cárcel. Después de un duro proceso de adaptación, Piper versión presidiaria descubre facetas suyas más agresivas y manipuladoras que desconocía. Promediando el final de una de las temporadas, cuando llega un nuevo grupo a la cárcel, las novatas quieren saber quién es la jefa, a quién deben temer. Todas señalan a Chapman, la rubia que lee a Nick Hornby. Pipes no es querida en la cárcel, es caprichosita y se gana muchas enemigas pero acá, en este barrio, tiene a su fan.


Betty Draper
Mad Men

Podría haber elegido a Peggy Olson, otro de los personajes geniales de Mad Men, pero no. Betty Draper fue y será siempre mi favorita de la serie de los Hombres Locos. Así de fría y calculadora como parece, Betty se ganó nuestro corazón porque en realidad está rota por dentro. Representa a esa mujer que por fuera parece tener la vida resuelta, pero no. Durante muchos años, Betty y Don Draper fueron la pareja más hermosa y carismática del mundo de la publicidad en NY, pero no todo lo que brilla es oro. Betty es el símbolo de una época, sabe para qué ha sido educada y cuál debería ser su objetivo en la vida: ser la esposa y madre perfecta, pero este rol no la hace feliz y por eso explota, se frustra y se deprime. Quien no la conoce, puede pensar que Betty Draper es una nena caprichosa, y un poco sí, pero sus rabietas son urgencias de mujer desesperada. Estéticamente hablando, Betty Draper revolucionó el mundo serial con su vestuario impecable de la década del 60. Si no van a ver la serie, al menos, vean algún capítulo para morirse muertas con sus vestiditos almidonados. Impecable. Quiero su guardarropas y su cocina. Y ya que estamos, a Don Draper merodeando por ahí.



Ally Mc Beal
Ally Mc Beal


Última más no por eso menos importante. Ally Mc Beal es parte de nuestro crecimiento serial. Una historia de una abogada de Boston, que empieza a trabajar en el bufete de un ex compañero de facultad. Como el mundo es un pañuelo, allí también trabaja su ex novio y gran amor Billy, quien se casó con otra compañera del estudio. Seguramente no recordemos los casos legales que se trataban en cada episodio pero sí las escenas en el baño unisex donde pasaban cosas raras, como esas coreografías con Barry White de fondo. En Ally McBeal fueron pioneros del happy hour. Después del día laboral, todos se reunían en un bar que estaba en la planta baja del edificio que funcionaba a la vez como karaoke. Entre otros, cantó Sting, Tina Turner y Barry White. Y por último, cabe recordar los momentos de alucinaciones, delirio e ironía que vivía la protagonista. En algún momento de nuestras vidas, estoy segura que todas las vecinitas nos sentimos Ally Mc Beal.
Y a mucha honra.

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